GARABATOS DE AMOR

¿Recuerdas cuando tenias 5 o 6 años y estabas en el pre-escolar? Era una época muy especial.

Todo era divertido, ir a la escuela con la lonchera, divertirse en las clases con los amiguitos, el recreo, los juegos, las salidas didácticas, educación física, en fin muchas cosas especiales se disfrutaban en ese espacio.

Pero para mí había uno en especial, era el momento en donde más ponía mi mente a volar, no veía la hora de que la profesora dijera el ejercicio que teníamos que hacer, y cuando mencionaba las palabras mágicas: NIÑOS TOMEN UNA HOJA Y COLORES, VAMOS A DIBUJAR!!!

Wow!!! no se imaginan como disfrutaba ese momento, me encantaban los colores y hacer dibujos, los hacía con tanto cariño, que le dedicaba horas extras después de salir del colegio; pero la razón de todo era una en especial, a mi me encantaba dibujar para mis padres. Si, dibujar para ellos era algo emocionante, cada que llegaba con mi PICASSO escolar a casa, y les enseñaba los garabatos que dibujada con tanto esfuerzo, mis padres me felicitaban, se sentían orgullosos de su hijo, contemplaban cada color, cada figura, y hasta a veces intentaban descifrar que había hecho, en ocasiones decían “ Hijo… que hermosa flor la que dibujaste; cuando en realidad había dibujado un sol”

Para mis papás cada garabato que hacía era una obra maestra, era un trofeo, algo que los hacía enorgullecerse; y  para todos los papás, nosotros sus hijos somos los mejores.

Pero pensando en esto, viene a mi mente algo muy especial, hay un Padre celestial que te creo a ti y a mí, con dones y talentos maravillosos, algunos somos artistas, otros arquitectos, médicos, administradores, profesores, etc. ¿Recuerdas tus primeros pasos en tu profesión? me imagino que al inicio no fue nada fácil, fueron muchas veces las que luchaste para sacar la mejor nota, pero… ¿para quién lo hacías?

Hay un versículo en la biblia que dice: Cuando comáis, bebáis o hagáis cualquier cosa, hacedlo todo para gloria de Dios.1 corintios 10:31

No importa la cantidad de intentos que hagas para lograr cosas en tu vida, en tu carrera, en tu familia o aun en tu vida en Cristo Jesús, no importa cuántas cosas haces en lo cotidiano, un buen trabajo, atender bien a alguien, tomar un café; cada cosa que realices, hazla para Dios, haz cada cosa para conquistar su corazón, su mirada y su atención.

Finalmente, para Dios no importa tus resultados si salen bien o no; a Él lo que más le interesa, es que cuando hagas algo, lo hagas para su gloria, y aunque las cosas salgan en ocasiones como unos garabatos, recuerda que Él comprende que son tus primeros trazos y que esos garabatos feos para otros, para Dios son GARABATOS DE AMOR.

Frank V.