domingo, 23 de enero de 2011

PASEANDO CON MARTINA

Bueno, hoy tengo algo muy especial que contar, tal vez me extienda en lo que quiero compartirles pero estoy seguro que será algo especial.

Bueno como es lo habitual en estos días de poder madrugar y salir a caminar  muy bien acompañado por JESUS y por mi perrita Martina, en esta ocasión quiero contarles algo que Dios me permitió descubrir con mi mascota.

Bueno antes de salir de casa, lo primero que hago es ir al baño y lavarme la cara para poderme despertar un poco del sueño y luego voy a la cocina para preparar un café y mientras lo tomo, unos pequeños ojos me miran desde una canasta de frutas de dos pisos, en el segundo piso duermen las frutas y en primero duerme Martina la mascota de nuestra casa; es lindo verla como se alegra y agita su cola con tanta felicidad, ella sabe que yo la voy a invitar  a pasear un rato y también sabe que en su recorrido  podrá hacer lo que más le gusta, correr, ladrar,  oler el pasto y bueno… ya saben para que mas.

Cuando llegamos al parque suelo soltarla de la correa y dejar que ella camine sola y tranquila, mientras ella hace lo suyo, yo me dedico a platicar con el Señor sentados en una banca del parque y mientras hago esto veo el cielo y disfruto del aire de la mañana, es un tiempo muy especial.

Pero ayer fue algo diferente, durante este mes he venido trabajando en un musical de diciembre y algunos compañeros me recomendaron aprovechar la mañana para hacer ejercicio mientras hago lo que hago, entonces cuando me levante me propuse trotar un poco, la falta de ejercicio hace que nuestros músculos que atrofien por completo y es bueno bajar unos kilitos de mas.

Solté a Martina de la correa, por un momento me senté en la banca y mientras platicaba con el Señor le dije: ¿te parece bien si trotamos un poco? Mientras hablamos, no se… hagamos un poco de deporte. Al instante me coloque en pie y comencé a trotar, cuando di la primera vuelta observaba a Martina con cuidado de que no se fuera a mover de su sitio, y me percataba de que me pudiera ver; todo funciono bien en la primera vuelta, pero cuando iba por la segunda  y casi finalizando para encontrarme con ella,  ¿adivinen que paso? Martina por un momento no me vio y el susto que experimento  en ese instante la llevo a correr de vuelta por el camino a casa. Debo decirles que quería trotar un poco, pero vaya que Dios se lo tomo  a pecho y me toco correr más de lo que tenía planeado en mi ejercicio.

Mientras corría detrás de Martina lo que hacía era gritar y gritar su nombre para que se percatara de que estaba detrás de ella, o que parara y me esperara, pero no, creo que mientras más mencionaba su nombre era como si le impulsara a correr más; pasaron muchas cosas por mi cabeza: QUE NO SE ME PIERDA, QUE NO LA PISE UN CARRO, QUE SEPA LLEGAR A CASA en fin, fue un momento bastante desagradable.

Finalmente después de correr un buen rato, desistí de llamarla, creo que también ella se canso de correr y paro en una esquina, yo merme la velocidad y comencé a caminar despacio, luego ella se volteo y la tenía a unos 7 metros de distancia y lo único que hice fue quedarme quieto y decirle: Martina…  ven niña ven!!! Ella me miro con susto, como confundida, no sabía si era yo, pero después la volví a llamar y le dije una palabra clave que es la que siempre le menciono en las mañanas: Martina… VAMOS!!!  Y en el momento en que le dije esa palabra, ella se devolvió corriendo hacia mí agitando su cola de felicidad. Debo decirles que por un momento pensé en disciplinarla porque me había puesto a correr demasiado y a pasar un susto, casi la regaño, pero después medite por unos segundos y me dije a mi mismo:  seria descarado hacerlo cuando fui yo quien la dejo sola y lo único que hizo fue VOLVER A CASA.

Creo que en muchos momentos de nuestras vidas llegamos a ser como MARTINA, cuando aprendemos a tener una relación personal con JESUS, nuestras vidas comienzan a experimentar una sensación tan especial de SEGURIDAD que no la queremos cambiar por nada. ¿Alguna vez has experimentado la sensación de que Dios no está a tu lado? O que sientes que le hablas y ¿no te escucha?

Creo que en ocasiones Dios guarda silencio para mirar que tanto valoramos escuchar su voz, o algunas veces guarda silencio por que decidimos apartarnos de él por completo y cuando clamamos no hay respuesta. Pero déjame decirte algo: aun en el silencio y en la “ausencia de Dios” que en realidad no es una ausencia TOTAL, el está pendiente de nosotros porque nos AMA.

TIENES DOS OPCIONES EN TU VIDA:

  1. Si tú decides correr por otro camino que no es el que Dios tiene  para tu vida, Él ira detrás de ti a llamarte por tu nombre y decirte: vuelve a casa, por favor, hijo hija TE AMO, no me dejes… no te hagas daño. Y creo que en esta decisión puede pisarte un carro, perderte y pasar por un momento desagradable; sabes a que me refiero ¿cierto?
  2. O tal vez decidas ser como MARTINA, ella no corrió loca por la calle buscando un camino equivocado, cuando ella no me vio y se percato de que estaba  sola en esa situación momentánea, SALIO A CORRER A SU CASA, DONDE SU DUEÑO, DONDE SABE QUE RECIBE AMOR, SEGURIDAD, ELLA NO DUDO NUNCA EN VOLVER DONDE SU AMO. Lo que quiero decirte con todo esto es que, cuando sientas que te alejas de Dios por un momento, no dudes en VOLVER, el estará esperándote SIEMPRE, recuerda el camino de donde DIOS te saco y VUELVE A CASA.

EL SIEMPRE NOS ESTARA ESPERANDO PARA DISFRUTAR DE SU AMOR.


Frank Valenzuela.



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